15.2.13

El Joker.


"Como preparación para su papel como el Joker, Heath Ledger se "encerró" solo en un motel durante unas seis semanas. Durante esta prolongada auto-reclusión, Ledger se adentró profundamente en la psicología del personaje. Se dedicó a desarrollar cada tic del Joker, su voz e incluso su característica risa sádica."


Eso, señores, es ser un buen actor.

Morriña.

Dibujaba a las personas con las orejas muy grandes y al Sol siempre con gafas y una sonrisa. Me gustaba ir a clase, cuando las matemáticas no eran más que sumas y restas de un par de cifras, y ni siquiera sabía de la existencia de las raíces cuadradas. Me encantaba jugar con la plastilina y que se quedaran restos en las uñas. Mi entretenimiento era jugar con muñecas y mis hijos eran mis peluches. Mi habitación repleta de juguetes. El par de libros en la mochila con carro se me hacían pesados. Era la niña más detallista del mundo. "Qué gracia tiene la niña". Los tazos, las colecciones de pegatinas, los cromos. Me encantaban los días de lluvia y el olor de la tierra mojada. Me sentía protegida al ir de la mano de mi madre. Las revistas que solía leer. Los primeros libros que leí me transportaban a lugares que desearía que existieran. Los piques entre la clase A y la B por ver quién era mejor. Hacía carreras de caracoles. Mi sábana era un escudo anti monstruos. Las ganas de ser veterinaria. El escondite, el pollito inglés, policía y ladrón, el pilla-pilla. Los piques por ver quién hacía antes los ejercicios para decir "prime", "segun" o "terce". Las felicitaciones del día de la madre. Los 3 o 4 "novios" que tenía a la vez. "Habla como una vieja". La felicidad que me daba al recibir una pegatina como premio. Me encantaban las manualidades. Los cumpleaños en Chiqui Park. Era capaz de hacer cualquier cosa que se me ocurriera con lo primero que pillara. Mi primer perro. Los veranos en mi pueblo con mi familia. Mi abuelo me recogía de catequesis y me compraba un huevo Kinder. Mi padrastro. Los problemas de "envidia" de otras niñas. La primera vez que vi llorar a mi madre. El primer poema que recibí un San Valentín. Las rozaduras que hacían los zapatos de boda. Los bocadillos de nocilla. La primera vez que dormí en casa de una amiga. Mi primera Nintendo DS. La primera película que vi de Harry Potter. La primera amiga que dejó de hablarme. El nacimiento de mi prima y mis piques porque ya no era la pequeña. El viaje a Disneyland. La cabeza embadurnada en vinagre por culpa de los piojos. Las mellas de los dientes que me hacían sentir una abuela y me preocupaba que no me volvieran a crecer los dientes. El odio que tenía hacia la paella. La primera vez que vi nevar. Los viajes escuchando Queen, Iron Maiden y muchos más. El día que comencé a leer la saga de Harry Potter. Las tropecientas mascotas que tuve. Mis tardes se centraban en ver los dibujos de Cartoon Network cuando de verdad valía la pena. Las contracciones que les poníamos a las asignaturas como Cono, Mate o Lengu, por tal de acortar. Fin de 6 años de colegio. La separación de todos mis amigos. "Tranquila, seguiremos hablándonos". Primero de ESO. Cambio de aires, de asignaturas, de gente, de todo. La primera vez que me fijé de verdad en un chico. Mi búsqueda personal. La tarde que decidí "descubrir" música. Las primeras amigas que pensé que durarían para siempre. Fall Out Boy. Las primeras personas que hablaban de mí a mi espalda. La estética. Los prejuicios. "Qué mocica está hecha". El fin de mi mundo.

9.2.13

Bah.

Echo de menos el sentirme nerviosa antes de ver a una persona.
Sentir que voy a perder el estómago del cosquilleo.
Que me miren de forma distinta a los demás.
Sentirme especial para alguien.
Tener a alguien especial.
No sé, tonterías mías.