Tristeza, más que impotencia.

Me arden las mejillas de impotencia, de ver
que no puedo hacer nada por los demás,
que me ahogo en un vaso de agua,
que te quiero y te veo huir de mí.

No sé si esta mala racha
lo es realmente, o es que
mi vida es así sin más,
no sé si alguien me lo desea
o si realmente lo merezco;
sólo sé que a veces no puedo más,
no sirvo para más,
no puedo dar más.

R. 9.

Una vez afirmé que la inseguridad es el móvil del conformismo;
pero ahora ¿cómo no voy a conformarme de más, si a pesar de ser un desastre he encontrado lo que siempre había querido?

R. 8.

Cuando tiendas la mano te cogerán hasta el hombro,
pero de vuelta sólo te darán un meñique.

Ausencia.

Ya no sé si soy yo o esta ciudad la que nunca duerme;

si los olivos aborrecen porque siempre son iguales

o soy yo, que siempre los veo igual;

si el paso del tiempo me hace madurar o envejecer,
si tocar fondo me anima a saltar o a ir más hacia abajo.

Ya no le temo a ir sola, tengo agarrada mi propia mano.

La Reina Pálida.

"Si tu cuerpo es una isla yo soy el mar, la marea salvaje,

Cada noche te rodeo tratando de alcanzarte y apenas llego a ti

Sí, cada noche me crezco tratando de alcanzarte - dolido por la herida -

Si tu cuerpo es una isla yo soy el mar, domado en tus ojos de sal"