3.6.13

Evolución.

Con el primer amor todo pasa a ser especial. Tienes ese agujero negro en el estómago constantemente, esa emoción por estar siempre juntos, esa admiración por todo lo que hace... 
Lo típico, el amor es ciego.

Después, una vez te han hecho daño, pasas a ser más cauteloso. Temes volver a querer más de lo que te quieren, vas con pies de plomo, evitas que te "guste" nadie aunque, en el fondo, tú no puedas controlarlo. Es difícil hacerlo, la verdad. Todo el mundo tiene sus altibajos, y los momentos en los que te sientes solo están ahí.

Cuando vuelve a gustarte alguien de verdad, te ves capaz de estar con esa persona. No me refiero a estar de forma física, sino a dejarte romper. A dejarte querer, apoyar, entender. Esa persona vuelve a ser especial para ti después de tanto tiempo sintiéndote desplazado, "besando sapos". Eso no quiere decir que vayas a enamorarte, ni mucho menos. No siempre vas a enamorarte de la gente con quien salgas y, si lo haces, algunos será a primera vista y otros llevará su tiempo. O simplemente, no lo harás. En el fondo, nada es como el primer amor. No es la misma persona, la misma situación, y no es el mismo al fin y al cabo.

Digamos que hay distintos tipos de amor y ninguno es comparable al primero; así como hay distintas formas de gustar. A veces te gusta alguien simplemente por cómo es en general, por su forma de tratarte, por su aspecto (lo cual no debería ser relevante en masía para una relación), por su forma de hablarte... en resumidas cuentas, cada persona es un mundo y nos gusta algo distinto de cada una de ellas.

También duele que no sea recíproco aunque no sea amor, ¿no? No hay que centrarse en eso. Cada cosa tiene su lugar y momento y no hay que intentar acelerar nada, sino dejar que las cosas sigan su curso. Quiere cuando te quieran, grita cuando te griten y olvida cuando te olviden.

No te obsesiones con amar o gustar, sólo trata a los demás como te gustaría que te tratasen a ti. 

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