Durante un tiempo fui
tormenta,
desbocada y sombría:
sin control y sin luz,
sin dirección o camino
a seguir;
la calma que me precedía
había avisado
cuán intensa sería
la fuerza
con la que arrebataría.
Sería, simplemente,
"la calma
antes de la tormenta",
según dicen.
¿Amainará, finalmente?
¿Tal vez
será una pausa sin más?
¿Será peor aún;
el ojo del huracán?
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