12.8.14

Delirios de las 3AM I.

Yo intentaba dormir,
pero el sonido ensordecedor de los llantos de un lobo me desvelaron;
llorando a una crisálida de algo a medio formar, sin saber muy bien qué,
mientras la Luna sonríe tiernamente a las farolas que emulan su luz,
quedando a medias en el intento de su belleza,
pues no son más que artificialidad.

Las abejas se amontonan alrededor de una montaña de azúcar
que sólo ansía ser llevada por una corriente poco corriente,
aun a riesgo de sonar contraproducente
y sinsentido.

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