Mira, yo qué sé,
hemos llegado a un punto
en que me siento un bicho
al que puedes aplastar
queriendo, y sin querer;
sin darte cuenta.
Que yo qué sé,
sabes que estoy en mi mundo,
por si acaso, voy preparando el nicho
para así tener donde enterrar
lo poco que puedo tener;
si entras, cierra la puerta.
No sé,
ojalá pudiera poner punto
y final, o aparte, uno de esos dichos,
te dejaría entrar
pero ya me puedes temer.
No te dejo salir; cierra la puerta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario