¿Alguna vez te has parado a pensar lo fácil que es cambiar tu vida?
En un momento puedes decidir decirle a quien te cae mal por qué te cae mal, borrar tus redes sociales, raparte la cabeza al cero, declararte a la persona que te gusta, dejar de comer carne, saludar a un desconocido por la calle, besar a alguien porque te apetece, vender todo lo que tienes, tirarte por la ventana y dejar de existir.
Nos complicamos demasiado.
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