Como aquel que acostumbra sus ojos a la luz
tras años de penumbra,
yo me acostumbré a ti.
Como aquel que acostumbra sus ojos a la penumbra
tras años de luz,
yo me desprendí de ti.
Ahora, la penumbra me sabe a mucho,
la luz me sabe a poco,
y nada me sabe a ti.
Quiero menos penumbra y, por supuesto,
algo más de luz;
aunque no busco lo contrario
en lo referente a ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario