Los junios me siguen escociendo,
como a veces me escuece oír tu nombre.
En un principio pensé que
se acababa el mundo,
siendo sincera.
Más tarde,
supe que podría resurgir
de mí misma.
Y ahora,
tras haber pasado
tanto tiempo,
no sé lo que creo.
Es preocupante
que me siga molestando
tu existencia o,
mejor dicho,
tu inexistencia.
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