"Hoy le escribo a la niña que fui un día y dejé de ser sin darme cuenta. La que se enamoraba todos los días y bajaba la ventanilla del coche para sentir la brisa galopar en su rostro. Le escribo a esa pequeña que estaba todo el día soñando y cantando. Te escribo a ti, que te hacías millones de preguntas y no tenías miedo de buscar las respuestas. Te escribo a ti, pequeña, sé que estás dormida en algún rincón de mi ser, entre ositos de peluche y cuentos de hadas. La razón por la cual estoy haciendo esto es porque necesito que te enteres de que la vida es más dura de lo que ambas creíamos; que el amor duele más que cualquier herida física, que hay personas malas... muy malas, y algunas de éstas pueden esconderse tras la palabra "amigo". Es justo que sepas que encontrar a nuestro príncipe azul es un tormento, pero tenerlo al lado es aún más difícil. Debes saber que la vida se lleva a todos a su paso: a papá, a mamá, a la abuelita. Ahora todo es complicado, pequeña; la cama ya no es para dormir, y si duermo ya no es para soñar. Aun así, necesito que sepas que crecer vale la pena, que besar y enamorarse no tiene posible comparación, que caer y luego levantarse es un arte que se aprende con el tiempo, que las heridas dejan cicatrices, de las permanentes. Y supongo que cuando ya sea vieja y arrugada me atreveré a decir que lo más bello de la madurez son los recuerdos de la infancia."
-Anónimo.
Visto lo visto, es mejor que no despiertes.
La verdad, es que acabo de descubrir tu blog. No me he llegado a leer todas tus entradas, pero las que parecen que son tuyas, creo que tienen una gran carga emocional acercándose al verso de Espronceda y al estilo oscuro de Poe.
ResponderEliminarTampoco me atrevería a decir que tienes talento, pues no creo que pueda llegar a juzgar eso. También me ha hecho ilusión ver la música que te gusta, porque tenemos gustos muy parecidos. Espero poder seguir leyéndote. Porque aunque, según lo que he leído, te infravalores o a veces sientas como la melancolía te embriaga, creo que deberías explotar más tu parte más visceral.