16.2.12

Dos mil diez.

Hubo un momento en el que llegué a pensar que no tenía vida. Los demás actuaban como si intentaran reemplazar mi vida, como si intentaran ser yo. Las cosas que me gustaban, mi forma de hablar, vestir, actuar, ser. Me sentía perdida, llegué a no saber quién era al ver todo eso. La gente parecía encontrar algo divertido en meterse en mi vida e imitarme. También me molestaba que todos opinaran sobre mi vida sin tener ni idea... Normalmente los que más hablan son los que menos saben. Queda demostrado.

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