Pensémoslo así. Esto es como un pulso, un pulso donde no se compite con la fuerza, no, sino con el orgullo. Un pulso donde nadie intenta ganar, sino mantenerse en la línea. Que no ocurra nada, para bien ni para mal. Que las cosas que ya han cambiado no cambien más; que no sean como antes, pero que tampoco vayan a ser de una forma parecida. Ni 90º, ni 180º, sino 360º. Tal vez sea cierto que nada va a ser igual, que ambos ganan el pulso porque ninguno pierde.
Pero... ¿y si uno de los dos pierde a propósito?
Pues que el otro gana.
ResponderEliminarija le has kitao to lo filosofico XD
ResponderEliminara mi me gusta, da muxo ke pensar